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domingo, 14 de diciembre de 2014

Cómo funciona un ordenador

Imagina que estás en tu casa estudiando para los exámenes finales. Tienes en la estantería un montón de libros y apuntes, pero como es normal, no puedes leerlos todos de golpe, sino que tienes que estudiarlos de uno en uno.
Bien, pues este proceso es bastante parecido al de un ordenador funcionando:

  • Tienes una estantería donde caben una cantidad de libros y apuntes. Es el equivalente al disco duro del ordenador. Tu estantería puede ser más grande o más pequeña y por tanto caben más o menos libros; al igual, un disco duro puede almacenar más o menos información, depende de cuántos GB de máximo puede contener.
  • Tus manos cogen los libros y los ponen en la mesa para que puedas estudiarlos, o los coge de la mesa para dejarlos de nuevo en la estantería. En este caso, tus manos son el equivalente a la memoria RAM del ordenador. Éstas pueden coger una cantidad determinada de libros y apuntes para dejarlos en la mesa. Del mismo modo, la RAM tiene un límite de datos que puede cargar, los famosos "GB de RAM de un ordenador".
  • Y tú te ocupas de estudiar los apuntes, mirarlos, comprenderlos, dar un sentido a ese puñado de letras. Tú eres el procesador del ordenador. Aquí caben destacar dos cosas: puedes estudiar una cantidad determinada de apuntes en un cierto tiempo. Y solo puedes leer una cosa al mismo tiempo, físicamente es imposible leer más. Estas dos características son comparables a las del procesador de un ordenador: la máquina puede procesar una cantidad máxima de datos en un cierto tiempo, cualidad que viene dada por los GHz. Y puede hacer una cantidad determinada de procesos a la vez, depende de cuántos NÚCLEOS tenga.
  • Además, cuando lees los apuntes, tus ojos pasan por encima de las letras, comprendiéndolas al instante. Si ves la palabra "coche", inmediatamente piensas en un automóvil, ya que ves las letras juntas y le das sentido en el acto. Estudiar sería más odioso aún si tuvieras que coger todas las letras de cada palabra, pensarlas, juntarlas en tu mente y después pensar en qué quiere decir. Esta cualidad es la misma que tiene la tarjeta gráfica en un ordenador. Si no existiese gráfica, la imagen tendría que hacerla el procesador, lo cual es una tarea simple pero muy pesada, igual que tener que construir cada palabra letra por letra.

jueves, 11 de diciembre de 2014

Mitos sobre el disco duro


  1. Acercar un imán al disco duro puede dañarlo. VERDADERO. Pero tampoco es tan peligroso como muchos creen. La carcasa del disco duro tiene bastante permeabilidad magnética e impide que se dañen los datos que hay grabados dentro. Un clásico imán de nevera tiene que estar tan cerca del disco para dañarlo que tendrías que desmontarlo y pegarlo a los platos. Incluso el imán más grande y potente de tu casa, no debería dañar el disco a una distancia mayor de 20 centímetros. 
  2. Las vibraciones, golpes y demás movimientos bruscos pueden dañar el disco duro. VERDADERO. Pero de nuevo, tampoco es muy peligroso. Un disco duro es una máquina perfecta, sólida y bastante fija. Puedes coger tu portátil mientras está funcionando y moverte tranquilamente por casa sin que le pase nada. Con movimientos bruscos me refiero por ejemplo a que no vayas a correr una maratón mientras manejas el portátil.
  3. Es bueno apagar el ordenador para dejar descansar el disco duro. FALSO. El disco duro aguanta lo que le echen, si tiene que estar activo un año entero trabajando al máximo, lo hace sin problemas. El motor mantiene una velocidad constante, por lo que no se esfuerza, y los cabezales son movidos por electroimanes, que no corren riesgo alguno de quemarse.
  4. Los clics que se oyen en el disco mientras funciona son síntoma de problemas. FALSO. No debes preocuparte lo más mínimo si oyes clics mientras el ordenador está encendido, puede ser por una sacudida del cabezal buscando datos, o porque el disco está haciendo un calibrado térmico, pero si no se notan síntomas en el funcionamiento del equipo, no está en peligro. El problema de los clics es si se oyen constantemente desde el momento en el que se enciende el ordenador.

lunes, 8 de diciembre de 2014

Tecnología AMOLED

AMOLED es un tipo de pantalla usada cada vez más en los móviles actuales, pero... ¿Qué la diferencia de las tradicionales pantallas LCD?

Si cogemos un aparato con pantalla LCD (por ejemplo, un portátil) y hacemos que muestre una imagen negra, esta imagen no será negra del todo, sino que tiene un ligero brillo de fondo. Esto se debe a que un LCD tiene dos capas: una que da luz y otra que da color. La capa que da luz está constantemente encendida, dando una iluminación blanca, pura y uniforme, lo que hace que el color negro se vea más claro de lo que debería. Esto se aplica también a las pantallas IPS o a las Retina. 

Sin embargo, el AMOLED ha combinado luz y color en una sola capa. Esto significa que cada píxel puede ser controlado individualmente. En otras palabras, si una parte de tu pantalla es negra, los píxeles de esa parte están apagados, lo cual se traduce en un contraste mucho más alto y un gasto de energía menor.
Por ese mismo motivo, los paneles AMOLED son más finos y más ligeros, sin sacrificar resistencia y flexibilidad. 

Sin embargo, toda ventaja conlleva una desventaja: la vida útil de este tipo de pantallas es mucho más reducida que la de un LCD, sobre todo la de los píxeles azules. El motivo es sencillo:
-El carbono se quema muy fácilmente.
-Dar luz es un proceso que conlleva emisión de calor.
Si tratamos de hacer una pantalla de carbono, el resultado es una combinación explosiva. Y sí, habéis adivinado, la AMOLED está hecha de carbono. Y sí, se quema.

El resultado suele ser visible en móviles que llevan estas pantallas: la barra de estado, donde se muestra la hora, la batería restante y demás, suele tener colores oscuros, y suele estar activa constantemente mientras se usa el móvil. Tras unos meses de uso, se puede apreciar que el lugar donde está la barra de estado se ve mucho más brillante, ya que esos píxeles han trabajado poco a lo largo de su vida en comparación con el resto de la pantalla.

Pero, a pesar de este inconveniente, tener un móvil con AMOLED es una gozada, tiene un brillo deslumbrante, y un contraste incomparable, y sin duda es algo que compensa.

domingo, 7 de diciembre de 2014

¿Cuánta tecnología hay en un móvil?

La mayoría de nosotros usamos nuestro móvil de forma normal, lo tomamos como algo cotidiano, sin pararnos nunca a pensar en lo que hay dentro de esa pequeña carcasa. Pero no os preocupéis, ya os lo explicamos aquí.

El móvil que veis en la imagen es un Samsung Galaxy S4 Mini. He aquí una lista de sus características más notables:

  • Su procesador puede hacer 1.700.000.000 operaciones cada segundo sin sudar una gota. También hay que destacar que dicho procesador mide un centímetro cuadrado, que en su interior hay 1,5 millones de transistores, y que con sólo el grosor de un pelo tapamos unos 3000. Eso significa que, debido a la resistencia que oponen unos conductores tan pequeños, el interior puede superar los 300ºC fácilmente.
  • La pantalla tiene una resolución de 960 píxeles de largo y 540 de ancho. Esto significa que la pantalla tiene 518400 píxeles, que a su vez son 1555200 diodos LED. Sí, la pantalla tiene más de un millón y medio de pequeñas bombillas perfectamente sincronizadas que, aún midiendo sólo 0,04 milímetros cada una, han de brillar tanto que puedan verse incluso cuando el sol está en lo más alto.
  • La RAM tiene 1,5 GB y tiene una frecuencia de 533 MHz. Es decir, que puede cargar 1.610.500.000 de datos del tirón, y tan sólo 0,0018 segundos después cargar la misma cantidad de datos totalmente distintos.
  • La batería tiene una capacidad de 1,9 Amperios por hora, que son 0,031 Amperios por segundo, y que a su vez, son 201.612.000.000.000.000.000 electrones saliendo de la batería a cada segundo. Parece sorprendente, pero en verdad no es tanto, sabiendo que por ejemplo una barrita de Kinder Bueno tiene 17 veces más energía en su interior que la batería.
  • La cámara: 8 megapíxeles. Es decir, 8 millones de píxeles. Que son 8 millones de sensores que transforman luz en impulsos eléctricos, metidos en un circulo diminuto de apenas un milímetro de diámetro.
  • El micrófono, está hecho de un imán y una pequeña lámina de cobre. Esta lámina es 50 veces más fina que un pelo humano, y con solo tocarla se deshace. Igualmente, el altavoz tiene en su interior un imán de neodimio, el más potente del mundo, y gracias a ello se puede escuchar decentemente un altavoz tan diminuto.

Mientras vas en un coche...

Mientras vas tranquilamente conduciendo tu coche, ocurren una serie de hechos que todos ignoramos, pero que si nos ponemos a analizar, llegan a ser sorprendentes.

Conducir un coche por la autopista a 120 Km/h supone recorrer 33 metros en un segundo, que son el equivalente a un edificio de 8 plantas. Vamos a utilizar esta velocidad para los demás hechos.

El motor de un coche, aun siendo diésel (que necesita menos velocidad para funcionar) gira a unas 2500 revoluciones por minuto, que son 42 revoluciones por segundo, o lo que es lo mismo, un giro cada 0,024 segundos. En cada uno de esos giros entra en el motor tan poco gasóleo que una cucharada de combustible le vale para 165 vueltas, y sin embargo esa cantidad es suficiente para mover a 120 Km/h una masa de más de una tonelada sin ningún problema. 

Si coges una cinta métrica y rodeas el neumático, verás que mide entre 1,8 y 2 metros de contorno. A 120 Km/h el neumático recorre lo mismo que el coche, es decir, 33 metros por segundo. Con un simple cálculo deducimos que a esa velocidad la rueda gira entre 15 y 18 veces cada segundo. Lo sorprendente es que dure tantos kilómetros estando hecha de goma.

Hay un factor que a menudo despreciamos, y es la resistencia aerodinámica. Un coche normal opone una resistencia equivalente a 20 Kg a 90 Km/h, que aumenta hasta los 35 Kg a 120 Km/h, y si estamos solos y decidimos acelerar hasta los 200 Km/h, la fuerza es de 100 Kg. Esta fuerza aumenta cuanto más voluminoso o más cuadrado sea el coche, por ejemplo un Hummer H2 ofrece una resistencia de 136 Kg a 120 Km/h. Todo ese peso constantemente golpea el morro y el parabrisas del coche.

martes, 2 de septiembre de 2014

Mitos sobre los coches

  1. Tras un viaje largo, hay que dejar descansar el motor: FALSO. El motor de un coche es una máquina perfecta, diseñada para resistir funcionando 24 horas al día, los 365 días del año, siempre y cuando haya combustible, aceite en buen estado y buena refrigeración. El error en este mito está en pretender aplicar la lógica humana de "si algo me cansa a mí, cansa a la máquina también" cuando en realidad no es así.
  2. Poner el cambio de marchas en punto muerto al bajar una cuesta ahorra combustible: FALSO. Si pones punto muerto, el motor tiene que recurrir al combustible para no pararse, puesto que ya no existe conexión con las ruedas. Sin embargo, al estar puesto en marcha, mantiene la velocidad estable a la vez que no gasta nada de combustible, no lo necesita si el movimiento lo obtiene de las ruedas. En un coche eléctrico, bajar una cuesta no solo no consume, sino que además va recargando la batería.
  3. Un motor caliente responde mejor que uno frío: VERDADERO. Por propia experiencia digo que se nota mucho la diferencia entre un motor caliente y uno frío. Con la misma cantidad de giros por minuto, en frío obtienes menos potencia que en caliente. Además, tienes que forzar más el motor al arrancar y al acelerar, lo que se traduce en un mayor consumo y un mayor desgaste de las piezas.
  4. Frenar en curva es peligroso: VERDADERO. Sobre todo a altas velocidades. La capacidad de giro del coche se reduce mucho mientras frenas. El ABS poco hace, puesto que se trata de un elemento que se usa en casos de emergencia, no en frenadas normales. Cuando mejor puede girarse un coche es cuando ninguno de los pedales están pisados. Procura siempre frenar antes de la curva, y si no queda más remedio, dale toques al freno, no lo mantengas pisado. Ojo, si en algún momento hay una emergencia, aunque estés en curva, frena a fondo. En ese momento tu vida está en manos de ese pedal.
  5. La tracción trasera es más peligrosa: FALSO. Actualmente los coches de tracción trasera tienen múltiples sistemas de seguridad que hacen que el riesgo de conducirlos sea nulo. Recuerda que, aunque al acelerar el peso se va hacia atrás, en un coche de calle el impulso nunca será tan masivo como para desestabilizar la parte delantera, y si de algún modo lo fuera, ten por seguro que el fabricante se encargaría de solucionar ese problema antes de sacar el coche al mercado.
  6. Cuanto más pesa un coche, más estable es: FALSO. En realidad depende de dónde esté ubicado el peso. Por ejemplo, el coche eléctrico Tesla Model S tiene la batería de 600 Kg, el motor y todos los mecanismos ubicados entre el fondo y el habitáculo de los ocupantes. Eso significa que todo su peso está centrado en la parte baja, lo que lo hace tan estable como un deportivo. Aparte, también influye la calidad de los neumáticos, de las suspensiones y la integridad de la estructura. Recuerda siempre que cuanto más pesado es el coche, frena peor, acelera peor, gasta más combustible, gasta más las ruedas y es más peligroso si pierde el control.
  7. Si aparcas en cuesta, es mejor hacerlo con una marcha puesta: VERDADERO. Si bajo cualquier circunstancia el freno de mano falla, las ruedas están acopladas al motor. El esfuerzo que requiere mover un motor apagado es inmenso, y aunque no evite que se te vaya el coche rampa abajo, sí que minimiza los daños porque no alcanza tanta velocidad.

domingo, 24 de agosto de 2014

¿Qué ocurrió en Chernóbil?

Aunque muchos penséis que la central de Chernóbil era diminuta y apenas tenía importancia, en realidad era de las más importantes: con 800 metros de largo, 220 de ancho y 4 reactores de fisión, era la que suministraba casi toda la electricidad a Kiev, la capital de Ucrania, situada a unos 100 km al sur.

El día del accidente, en la central se estaban preparando para una prueba. Una prueba inicialmente sin importancia, pero que cambiaría el curso de la historia. Consistía en comprobar si, ante un apagón, el sistema de refrigeración seguía funcionando el tiempo suficiente, hasta que todo volviese a la normalidad. Y se llevaría a cabo esa misma tarde. Sin embargo, los jefazos se lo pensaron mejor: ya que la central abastecía a todo Kiev, era mejor dejar la prueba para la madrugada, cuando todos estaban durmiendo y la demanda de electricidad era menor. Esa decisión fue clave para la catástrofe.

Pasada la medianoche, empezaron los preparativos para el simulacro. Pero a esa hora, los ingenieros y expertos que sabían de fisión se habían ido a dormir, dejando a los novatos en prácticas al mando. La central era autosuficiente, es decir, parte de la electricidad que generaba la usaba ella misma. Eso significa que para simular un apagón, debían bajar la potencia del reactor. El cabecilla cogió la palanca de potencia y la bajó hasta el mínimo, algo que todos haríamos.

Craso error. Para bajar la potencia que da el Uranio, el reactor hace descender unas barras. Si se bajan demasiadas, el Uranio se “envenena”, el sistema detendría el reactor automáticamente y no volvería a generar electricidad de forma estable hasta 48 horas después. Eso era inadmisible para una central que debe suministrar electricidad a la capital de un país, y los novatos, presas del pánico, subieron la potencia del reactor al máximo.

Tal y como lo habían ordenado, la mayoría de las barras del reactor subieron. Sin embargo, el reglamento obligaba a dejar mínimo 30 barras. Esta vez dejaron 6, y el Uranio en apenas 3 segundos volvió a máxima potencia.

Pero hay otra cosa que permite funcionar a una central: la refrigeración. El reactor tenía unos cuantos motores diésel acoplados a un circuito refrigerador. El Uranio ya estaba funcionando al máximo, pero a los motores no les dio tiempo a arrancar y empezar a funcionar. Se estaba sobrecalentando demasiado.

La central tras la explosión
Unos minutos más tarde sonaron las alarmas, y de nuevo se trataron de bajar las barras. Sin embargo, hacía tanto calor que el mecanismo se había derretido y no lo consiguieron. Con el reactor funcionando sin ningún control y sin que la refrigeración funcionase, ya no se podía hacer nada.


Era la 1:24 de la madrugada del 26 de abril de 1986. Dentro del reactor sonaron unos cuantos golpes fuertes y seguidos que hicieron temblar todo el piso. Unos segundos después, la central explotó. Fue una explosión increíble. Comparar una bomba atómica con esto sería como comparar una bicicleta con un Fórmula 1. La tapa del reactor, de 2000 toneladas, salió volando como si fuera de papel. Ya no se podía hacer nada. El desastre nuclear estaba servido.

Sobre las calorías

Que si esto engorda, que si no, que si a la larga sí... por fin vamos a solucionar el tema de las calorías.

El cuerpo básicamente es una máquina que funciona convirtiendo la energía de los alimentos en energía útil mediante un proceso de combustión, por eso necesitamos oxígeno. Esta máquina obtiene su energía principalmente de los hidratos de carbono, es decir, de los azúcares.

Tu cuerpo puede almacenar hasta 600 gramos de azúcar. Cada gramo ofrece 4 kilocalorías, lo que significa que si tu cuerpo tiene el "depósito de azúcar" lleno, tienes 2400 kcal, suficiente para trabajar continuamente durante 5-9 horas dependiendo de tu trabajo. El problema está cuando no trabajas. Si el único movimiento que haces es pulsar los botones del mando de la tele, gastas unas 60 kcal a la hora, y esa cantidad de azúcar pasa a bastarte para dos días. El problema está en que ningún vago pasa dos días sin comer, y cualquier cantidad de azúcar que rebose tu nivel máximo se transforma automáticamente en grasa.

La grasa es otro mundo. Tu depósito de grasa puede ser de menos de un kilogramo hasta más de 100. Y la grasa proporciona 9 kcal por gramo. Gracias a ella puedes sobrevivir tres semanas sin comer y aún puedes llevar una vida normal, aunque con mucho menos dinamismo a causa del hambre.

Y el problema más severo es cuando se te agota la grasa. El cuerpo pasa a descomponer los músculos para alimentarse, es decir, saca la energía de las proteínas. Cuando llegas a ese punto tu organismo empieza a fallar y te sientes muy débil, pero aun tienes algo de tiempo hasta que aumenten tus probabilidades de morir. Las proteínas ofrecen 4 kcal por gramo, igual que el azúcar, pero son mucho más complejas y al cuerpo le cuesta más extraer la energía de su estructura.

Así que recuerda... una lata de Coca-Cola sólo tiene 35 gramos de azúcar... 140 kilocalorías... aunque no hagas nada en dos horas se ha gastado... ¡Que no te vuelvan loco con el tema de la comida!

sábado, 23 de agosto de 2014

Diferencia de presión

Cuando bebes tu refresco con una pajita, lo haces mediante un proceso físico utilizado en bastantes otros campos: la diferencia de presión.

Mientras estás bebiendo, disminuyes la presión que hay en tu boca. El contenido del vaso está a presión atmosférica, y como todo va de donde hay más presión a donde hay menos, pues el refresco sube hasta tu boca y te permite beber. De hecho, mientras bebes, las mejillas se te meten hacia adentro. Esto ocurre porque la presión de fuera, al ser mayor que la de tu boca, las aplasta. Simple diferencia de presión.

Pero este fenómeno también se aprovecha en otras áreas, por ejemplo:

El ala de un avión desvía el aire que pasa por encima suya. Al hacerlo, disminuye la presión en la parte de arriba y mantiene la presión normal en la parte de abajo. Y como todo va de donde hay más presión a donde hay menos, el ala sube y por tanto también lo hace el avión. Cuanto mayor sea la velocidad, más aire es desviado y más fuerza hacia arriba se genera.


La hélice de un barco coge el agua de delante y la echa hacia atrás. Delante de la hélice queda menos agua, por lo que la presión disminuye. De forma análoga, detrás cada vez hay más agua y la presión sube. Aun siendo un crucero de 200.000 toneladas, su estructura sucumbe ante la diferencia de presión y avanza.




En un motor de combustión, la bomba de combustible baja la presión en la zona de delante, y como detrás la presión es la atmosférica, la gasolina siempre irá del depósito al motor aunque esté el coche rampa arriba. Este efecto se aplica en todas las demás bombas, sean de agua, de aire o de cualquier otro elemento.


El lanzallamas prende su combustible en la parte de detrás del dispositivo, lo cual aumenta muchísimo la presión en ese punto. Como en el exterior hay presión normal, el fuego sale despedido hacia fuera a gran velocidad. Lo mismo ocurre en un arma de fuego, donde la pólvora explota aumentando increíblemente la presión en la cámara, expulsando la bala a miles de kilómetros por hora.

Mitos sobre las baterías de los móviles


  1. Al comprar el móvil hay que dejar cargar la batería un largo periodo de tiempo antes de usarlo: FALSO. Las baterías de litio están diseñadas para que, nada más salir de la fábrica, estén listas para usarse con normalidad. Cargarlo durante tanto tiempo es inútil.
  2. Hay que esperar a que se gaste toda la batería antes de cargarla: FALSO. De hecho, descargar por completo la batería es muy perjudicial para sus componentes, y puede dañarla drásticamente. Supongamos que siempre pones el móvil a cargar cuando le queda un 50% de carga. Puedes repetir ese proceso durante 2 o 3 años, y a la batería no le pasa nada, pero nunca dejes que baje de un 5% salvo en caso de emergencia.
  3. Tener el móvil conectado al enchufe cuando ya ha alcanzado el 100% es perjudicial: VERDADERO. Cualquier mínima sobrecarga puede estropear una batería de litio, llegando a extremos de que corra peligro de inflamación. Obviamente no pasa nada por hacerlo unas cuantas veces, ni se va a notar la diferencia desde el primer momento, pero la táctica de "tener el móvil cargándose toda la noche" a la larga disminuye la duración de la batería.
  4. Conectar y desconectar una vez tras otra el móvil a la red eléctrica es perjudicial: FALSO. Eso pasaba en baterías muy antiguas que se basaban en el níquel para funcionar. Las baterías de litio ya no se ven afectadas por interrupciones de carga.
  5. La batería de litio puede explotar: VERDADERO. Es muy raro que pase, porque están herméticamente cerradas, pero si se someten a temperaturas superiores a 65ºC o se rompen por un golpe, pueden explotar como un petardo, porque el litio es un material muy reactivo. 

viernes, 22 de agosto de 2014

La energía de las cosas

E=MC². 
Con esta ecuación, Albert Einstein relacionó Masa y Energía. Si coges tu peso, lo multiplicas por la velocidad de la luz, y el resultado vuelves a multiplicarlo por la velocidad de la luz, obtendrás la cantidad de energía que tiene tu cuerpo. Una persona de 75 Kg tiene 7 trillones de Julios de energía.

La bomba más potente que se detonó en toda la historia de la humanidad tenía 50 megatones de energía, es decir, 2 mil billones de julios. Comparándolo, tu cuerpo tiene 35 veces más energía. Ahora es cuando pensáis que estoy loco. 

Pero fijaos bien... he dicho energía, no potencia. En la potencia involucramos otro factor decisivo que es el tiempo. La energía de una bomba se consume en unas centésimas de segundo, mientras que tú con la reserva útil que tienes en tu cuerpo, que serán unos 6 Kg, puedes aguantar un mes. La diferencia es notable. 

Ten en cuenta que si tu cuerpo fuese la bomba, la explosión dejaría un cráter de dimensiones épicas, y si la bomba fuese una persona, sería tan delgada que prácticamente no podría estar viva.

Las hojas artificiales

Sí, las imitaciones normalmente no suelen estar a la altura de los artículos originales, pero en este caso, no es así. Algunos científicos y otros emprendedores se han propuesto crear hojas artificiales para muy diversos fines, siempre con la eficiencia por bandera.




Recientemente, ha sido presentada la primera hoja artificial, su nombre es "silk leaf", y fue creada por Julian Melchiorri, estudiante del Royal College of Art de Londres. Para crear esta hoja, que es totalmente funcional y capaz de realizar la fotosíntesis, se usaron cloroplastos en una solución de proteínas de seda. Este nuevo invento parece muy prometedor en el sector de la industria espacial porque así se podría crear oxígeno, algo fundamental para naves espaciales, o incluso bases en otros planetas. Aunque también puede tener otras aplicaciones más cotidianas, como en sistemas de ventilación de edificios.








Por otro lado, investigadores chinos de la Universidad Shanghai Jiao-Tong, en colaboración con otros de las universidades de California y Saga, han imitado la estructura de las hojas para crear unas mini fabricas de hidrógeno y, en este caso, su propósito es poder usarlo como combustible y reducir así nuestra dependencia del petróleo. Estas hojas usan catalizadores artificiales de dióxido de titanio dopado con hidrógeno, lo cual ha resultado ser bastante eficiente. 




Otros investigadores, por su parte, usan los cloroplastos para recoger energía solar ya que pueden funcionar incluso cuando la cantidad de luz es mínima.  Las posibilidades que ofrece son inmensas, y podrían ser a corto plazo una gran fuente de energía sostenible, y con todos los cambios que conlleva: quien sabe, quizá incluso se podrían crear carreteras que recojan la luz proveniente del sol y la transmitan al coche eléctrico mediante inducción, o plantaciones inmensas para suministrar energía a las ciudades. No olvidemos que el Sol proporciona a la Tierra más energía en una hora que la consumimos en todo un año.


En conclusión, este es uno de esos inventos que pueden marcar la diferencia y sin duda, en los próximos años, lo veremos.


Mitos ¿Arde la gasolina?

Todos hemos oído hablar de gases extremadamente volátiles como el metano, el propano, el butano... lo que puede que no sepáis es que la gasolina no es otro elemento que el octano. Sí, los nombres se parecen porque son elementos del mismo tipo. Todos presentan la misma estructura: una hilera de átomos de carbono rodeados de hidrógeno, lo que se conoce como hidrocarburo.

Estos elementos comparten la característica de que son inflamables, pero no todos de la misma forma. La gasolina, al contrario que por ejemplo el butano, es un líquido, y en forma de líquido no es inflamable aunque le lances cerillas. Sin embargo, el peligro está en lo que no se ve: la gasolina se evapora muy rápidamente incluso a temperatura ambiente, y ese vapor explota de forma increíble.

Esto es muy útil, porque el depósito de un coche, al estar herméticamente cerrado, mantiene la gasolina en estado líquido, pero cuando ésta llega al motor, se evapora al instante y es allí donde otorga toda la energía que tiene.

Coche eléctrico vs Coche de gasolina

Es cierto que los coches de gasolina llevan mucho tiempo entre nosotros y que por ello los consideramos los mejores, pero no siempre lo clásico es lo mejor...

Motor de gasolina de un Hummer H2
La primera diferencia entre un coche de gasolina y uno eléctrico es su fuente de energía. La gasolina tiene aproximadamente 9 kilovatios de energía almacenados en cada litro. Un coche normal se ventila unos 5-6 litros cada 100 Km, lo que equivale a un consumo de 45-54 kilovatios. En cambio, un coche eléctrico el triple de potente, con esa cantidad de energía puede recorrer más de 300 Km. Esto ocurre porque un motor de gasolina funciona por fuerza bruta, generando una cantidad extrema de calor. Y claro, el calor tiene que tener una fuente de energía, que no es otra que la gasolina. De hecho, ten en cuenta que cada vez que pagas 50 euros en llenar el depósito, 38 euros se van en forma de calor inútil y desaprovechado, y sólo 12 en mover el coche. En cambio en un eléctrico se aprovecha casi el 90% de la energía de la batería, debido a que el único sitio donde pierde en forma de calor es en el cableado del motor, y las pérdidas cada vez son menores. 

Motor eléctrico de un Tesla Roadster
La otra diferencia principal es la forma de entregar la potencia. Un motor de gasolina por sí mismo no puede dar la fuerza suficiente para arrancar el coche ni tampoco la potencia para llevarlo a altas velocidades, y para colmo tanto la fuerza como la potencia las alcanza a la vez, es decir, que si quieres fuerza máxima para subir una rampa, obligatoriamente vas a tener que llevar el motor a su máxima velocidad, y si quieres alcanzar los 120, obligatoriamente vas a exprimir el motor y va a gastar mucho combustible. Para solucionar de cierta forma este problema, se ha inventado el cambio de marchas, que transforma todo el potencial del motor en fuerza en las primeras marchas y en potencia en las últimas.

En cambio, un motor eléctrico no necesita el cambio, porque otorga fuerza máxima desde el primer instante para después dejar paso a la potencia, que es más que suficiente para llevarlo a altas velocidades. Teniendo en cuenta que el cambio de marchas y el embrague son piezas que constantemente están sometidas a mucha torsión y que por tanto son propensas a dañarse, es una gran ventaja deshacerse de ellos.

Así pues, los motores eléctricos son más potentes, más eficientes, menos complejos y mejor optimizados que los de gasolina. El único inconveniente es la batería, que en estos momentos no tienen mucha capacidad, pero ya se están creando nuevos tipos, así que en un futuro, quién sabe, a lo mejor tener un coche de gasolina será como tener actualmente un Windows 95.

jueves, 21 de agosto de 2014

¿Quiénes somos?

Los "Piensadores" somos un grupo de 4 estudiantes, dos de física y dos de ingeniería, cuyos gustos compartidos nos han llevado a formar un grupo. Vamos a dedicar este blog a:


  • Escribir curiosidades sobre cosas de la vida cotidiana
  • Hacer experimentos de los más variados
  • Hacer comparativas
  • Mostraros información 100% verificada
  • Enseñaros cómo calcular cosas que a simple vista parecen complicadas
  • Resolver de una vez por todas algunos mitos que no tienen por qué ser verdad.
  • Y muchas otras cosas que se nos irán ocurriendo...

Así que, si en este mundo de incompetentes, has salido inteligente, no lo dudes, este es tu blog.